Slowly: El arte de la reutilización textil en el vestuario artístico de videoclips
Belén, la diseñadora detrás de la marca Slowly, ha encontrado su pasión ofreciendo un servicio de confección y reutilización textil que da vida al vestuario artístico para la escena musical, desde llamativos videoclips hasta presentaciones en vivo y shows.
La creativa, oriunda de Concepción se presenta como la persona y las manos detrás de Slowly, un nombre que encapsula su filosofía de trabajo: hacer las cosas sin apuro.
De la calma al arte
Belén explica que “Slowly nace desde que no estoy apurada en hacer lo que tengo que hacer, porque todo lo que es para mí está ahí esperándome”. Esta calma le permite ir a su propio ritmo, sin competir con nadie más que consigo misma, enfocada solo en su proceso creativo y en el “hacer” diario, donde reside la clave para obtener resultados.
Este enfoque se traduce en su oficio, que se centra en la confección y reutilización textil, lo que le permite materializar las visiones de los artistas en impactante vestuario artístico para sus videoclips y shows.
El origen de una pasión
La incursión de Belén en el diseño de vestuario para artistas surgió de manera orgánica. Desde pequeña, se ha sentido conectada con la música en general, rodeándose de gente que toca y desarrollando un gusto por el canto y por el estilo underground o la música más urbana.
Fue a través de sus amistades en este circuito que una persona la contactó, sabiendo que ella ya dominaba el oficio de la confección y la reutilización textil.
El encargo fue un desafío: crear un vestuario para un videoclip en tan solo dos semanas. Aunque nunca había realizado un vestuario artístico, Belén aceptó la propuesta sin pensarlo, catalogándola como “bacán”. Esta primera experiencia, que implicó estar detrás de escena, guiando y ayudando en el rodaje, fue profundamente satisfactoria.
Belén sintió que la llenó y disfrutó muchísimo, lo que la llevó a tomar la decisión de enfocar su servicio en este nicho específico: “dije quiero hacer esto, quiero ofrecer mi servicio para este tipo de cosas”. En ese momento, llevaba menos de un año dedicándose al vestuario, pero se atrevió a dar el salto. Desde entonces, se ha dedicado a perfeccionarse, estudiar y, sobre todo, aprender continuamente. Se considera una “eterna aprendiz” y resalta que, siendo autodidacta, el proceso de aprendizaje es más largo cuando la educación viene de una misma.

Un proceso colaborativo
Su metodología de trabajo con los artistas se divide en dos métodos claros.
El primer escenario ocurre cuando el artista “la tiene clara”, lo que significa que ya ha realizado un estudio de su propio concepto, rollo y diseño. En estos casos, el proceso es mucho más fluido y fácil. Ellos simplemente comunican su visión y Belén se encarga de materializarla en el vestuario.
El segundo método se aplica cuando la persona todavía está en la búsqueda de su camino. Tienen la música, las ganas y un concepto, pero este no está desarrollado por completo.
En este escenario, el vestuario se convierte en una herramienta para materializar esas ideas misceláneas, que a menudo provienen de la amplia gama de referencias disponibles hoy en día.
Este es un trabajo más extenso y colaborativo. Si el artista necesita una guía, Belén y él trabajan juntos realizando un “mood board”, reuniones creativas donde lanzan ideas y exploran distintas posibilidades. Es, por tanto, una colaboración profunda que da forma a la imagen del artista.
El trabajo de Belén de Slowly es un ejemplo de cómo la confección y reutilización textil se transforma en una poderosa herramienta para crear vestuario artístico impactante, esencial para la imagen de los músicos en sus videoclips y shows.