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Justicia para Renatta: fue asesinada con 17 apuñaladas en Penco

Renatta fue asesinada con 17 apuñaladas en un cerro de Penco y su cuerpo estuvo 13 días desaparecido. Para su familia, este fue un crimen de odio que sigue impune. Exigen justicia.

Más de dos años después, su familia sigue gritando lo que la justicia parece no querer oír: “El asesino Diego Antican, caminó libre durante un año entero” aseguró Josefina Rodríguez su prima. A Renatta la encontraron en el mismo cerro donde, según su familia, ya se había buscado. El principal imputado hoy está reformalizado por el crimen. Sin embargo, para Josefina, su prima y una de las voces más firmes en esta lucha, eso no es suficiente.

Este martes se realizó una nueva reformalización de cargos en contra del principal sospechoso Diego Antican. Aunque la jornada transcurrió en silencio por parte de la defensa, para sus cercanas fue otro momento de profunda angustia. “Este camino fue duro. Las instituciones fueron negligentes desde el primer minuto. La PDI no hizo su trabajo. La Renatta cayó del cerro, y la buscaron 13 días después, en ese mismo lugar. ¿Cómo no la encontraron? ¡Si estaba ahí!”, grita Josefina con los ojos húmedos.

Justicia para Renatta que fue asesinada con 17 apuñaladas

Desde el comienzo del caso, la familia ha denunciado múltiples fallas en la investigación. Una de las más graves, dicen, fue dejar libre a Diego Antican durante todo un año. “Pudo haber escondido el arma, botado las pertenencias, borrado evidencias. Pudo hacer cualquier cosa. Obviamente hubo negligencia. A la Renatta no la buscaron como debían”, insiste Josefina.

Ella es quien ha puesto el cuerpo, la voz y la rabia desde el primer día. Quien salió a la calle cuando aún había silencio. Lo más duro, aseguró, no ha sido solo enfrentar el duelo, sino también tener que asumir un rol público que nunca buscó. “Yo no decidí ser el rostro de nada. Sólo salí a la calle a exponer toda la mierda que estaba pasando. Lo único que quiero es justicia social, que Renatta esté en la memoria de todos, porque yo no la voy a olvidar nunca. La llevo en mí, impregnada para siempre”.

Amor y Venganza

La noticia de su muerte fue devastadora para su círculo más cercano. “Cuando me lo dijeron, sentí que me moría en ese mismo momento”, recuerda. Desde entonces, la vida de su familia cambió drásticamente.

A todo eso se suma la escasa cobertura mediática. “ porque yo no cumplo con los estándares de la tele. Ellos quieren una cabra piolita, que no diga groserías ni diga ‘pacos culiaos’. Pero yo no estoy aquí porque quiero, estoy porque quiero justicia por mi prima”, denuncia Josefina.

Lo que la mantiene firme en esta lucha no es la política ni el activismo. Es el amor. “Lo que me mueve es eso: el amor. Yo amo a mi prima, y la extraño. Solo quiero que se haga justicia. Que él se quede para siempre en la cárcel. Que venga la venganza en algún momento. Aunque a la gente no le guste, yo quiero venganza. Quiero que ese asesino se pudra en la cárcel”, dice con firmeza.

Renatta fue asesinada con 17 apuñaladas. Su prima no tiene dudas. “Ella fue asesinada con 17 veces. ¡Diecisiete! La dejó ahí, a pudrirse. Y se quedó callado. Y aún así le dan beneficios. ¿Dónde está la justicia?”.

A veces con rabia, otras con tristeza, Josefina continúa en esta lucha. Y a las autoridades les exige algo básico: que hagan su trabajo. “Que se hagan cargo. Que existan protocolos de búsqueda cuando se pierde una mujer. Porque a nosotras nos encuentran muertas. Nunca nos encuentran vivas. A la Renatta no la buscaron como debían. Desde el primer momento se sabía quién era el asesino. Y lo dejaron un año libre. ¿De qué estamos hablando? Él guardó silencio todo ese tiempo. Dejó que ella se pudriera ahí, y aun así le dan beneficios. Debería estar aquí, escuchando todo lo que hizo, presencialmente”.

Según el Servicio Médico Legal, Antican presenta rasgos fríos de ánimo y un perfil disfuncional, según su evaluación psiquiátrica. Pero para su familia, el perfil psicológico no puede ser excusa para la impunidad.

Renatta será recordada como una mujer fuerte, resiliente, “puro fuego”, dice su prima. “Le tocó difícil, pero siempre fue fuerte. No merecía morir. Mi último recuerdo es con ella en la casa, con los gatitos, con mi hija. Pero aquí estamos, gritando por ella”.

Por ella, por su memoria, por justicia. Y por rabia también. La consigna que levanta esta lucha es clara y no se detiene:#JusticiaParaRenatta.

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