SER CANTANTE EN CHILE: PRECARIEDAD, VOCACIÓN Y EL CAMINO ALTERNATIVO DE LA ENSEÑANZA
Cuando una persona dice que quiere ser cantante, se suele asumir que también quiere ser famosa. Pero saber cantar no garantiza la fama, y ser famoso tampoco asegura cantar bien. En el caso de Claudia Bravo, desde pequeña tuvo claro su talento, pero su objetivo nunca fue ser reconocida a gran escala. Su camino ha sido otro: cantar, enseñar y sostenerse con lo posible. Ser cantante en Chile no es fácil (a menos que tengas suerte), la precariedad lamentablemente es parte del camino, pero lo que lo mantiene vivo, es la vocación.
Claudia es cantante de eventos y profesora de canto. Da clases particulares y también enseña en colegios. Aunque disfruta profundamente de cantar y presentarse en vivo, ha aprendido que en Chile, dedicarse exclusivamente a la música es, según sus palabras, “un trabajo más bien ingrato”.
La cruda realidad de la precariedad siendo cantante en Chile
A lo largo de los años ha enfrentado la dura realidad de muchos músicos en el país: la falta de condiciones laborales básicas. En su caso, trabaja con la voz como instrumento, pero observa que la precariedad afecta por igual a todos sus colegas. “Los desafíos que enfrentamos los músicos en Chile es que no tenemos condiciones laborales. No tenemos seguro, por ejemplo, de traslado. Muchos colegas tampoco tienen asegurado su instrumento si es que llegaran a robarle o pasarle algo”, explica.
La inversión en equipamiento y formación es alta, pero el retorno económico es muy poco. Según Claudia, quienes no tienen un segundo trabajo no acceden a salud ni previsión. Además, al tener un trabajo con esta magnitud de esfuerzo, es complicado tener vacaciones y sobre todo, el derecho de un descanso remunerado. La estabilidad laboral prácticamente no existe en el ámbito de la cultura, y las oportunidades están marcadas por lo informal. “Los bares no se van a amarrar con uno ni hacer el compromiso de formalizar la relación laboral. Eso no existe”. Aunque para algunos sea fama y dinero, ser cantante en Chile es un ambiente de precariedad para muchos otros, en el que se requiere mucho esfuerzo y vocación.
Otra forma de destacar siendo cantante
Por eso, aunque valora el escenario y el contacto directo con el público, ha optado por enfocar su carrera principalmente en la docencia. En el aula encontró un espacio distinto, donde además de enseñar técnica vocal, puede generar un vínculo más profundo con sus estudiantes. Le interesa acompañarlos no sólo en lo musical, sino también en su desarrollo personal. En donde ella se nutre con el cariño y las enseñanzas de cada una de las personas que toman sus clases, pues son un mundo que puede conocer, desde experiencias personales tanto como profesionales, aprende se muchas áreas y por sobre todas las cosas, fortalece sus emociones.
“No solo enseño canto”, dice, “me gusta más mi trabajo en aula con chicos, enseñarles no tan solo del canto, sino que de la vida, tener un diálogo constante y ayudar un poco en ampliar la visión de los chicos en todo ámbito, sobre todo en lo socioemocional”.
Esa conexión con sus estudiantes, y la posibilidad de sembrar en ellos ideas y valores, es lo que le da sentido a su trabajo. Aunque no se proyecta como una artista de gran alcance ni con una carrera despegada internacional, Claudia sigue cantando. Complementa perfectamente sus pasiones, enseña los días de semana y los fin de semana canta.
En su caso, ser cantante no ha significa buscar fama ni reconocimiento masivo, sino encontrar maneras de sostener una vida vinculada a la música en un mundo bonito pero hostil. En su historia se ve una realidad silenciosa pero común: la de quienes aman su oficio, pero deben adaptarse para ejercerlo con dignidad.