Población Aurora de Chile: Una historia llena de resistencia y memoria
La población Aurora de Chile en Concepción es un testimonio potente de resistencia comunitaria , donde los vecinos han sabido organizarse para defender su territorio frente a la amenaza constante de la gentrificación y los intereses privados.
Ubicada a orillas del río Biobío, en la ciudad de Concepción, a 500 kilómetros al suroeste de Santiago, Aurora de Chile surgió a fines del siglo XIX con la llegada de trabajadores a la Fábrica de Paños Bío Bío y a la Empresa de Ferrocarriles. “Hemos construido este barrio con nuestras manos y nuestras historias”, recuerda Priscila Hernández, presidenta de la Junta de Vecinos de Aurora de Chile.
La Aurora creció como asentamiento tras los terremotos de 1939 y 1960, recibiendo a familias desplazadas. “Aquí no vino el Estado a urbanizar, fuimos los vecinos quienes instalamos la electricidad, el alcantarillado, todo. Hoy somos más de 650 familias”, destaca Priscila, quien lidera la organización vecinal desde 2015.
La población versus el municipio
Desde hace décadas, la población Aurora de Chile ha enfrentado intentos de erradicación y abandono por parte del Estado. Uno de los momentos más críticos ocurrió con la implementación del Plan Ribera Norte en 1995, una iniciativa de renovación urbana impulsada por el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. “Ese plan nos veía como un obstáculo, no como personas. Por eso muchos nos negamos a participar”, explica Priscila.
La historia reciente de la Aurora también está marcada por la construcción del Puente Chacabuco, el mall, el Teatro Biobío y el Parque Bicentenario, todos proyectos de alto impacto urbano construidos sin consulta a los vecinos. “Casi hemos tenido más problemas con el municipio debido a estos proyectos. Han avanzado sin tomarnos en cuenta”, denuncia la dirigente.

No obstante, la historia de la población Aurora de Chile en Concepción también ha protagonizado una forma de resistencia basada en la memoria y la cultura. “Empezamos a hacer actividades para visibilizar nuestra historia. Hicimos el Día del Patrimonio, talleres de memoria con nuestros abuelos, fotografía estenopeica, el libro de la Mujer Aurorina y un proyecto con cajas del teatro Lambe Lambe”, cuenta Priscila con orgullo.
Una de las acciones más significativas fue la consulta ciudadana de 2016, donde se recopilaron escrituras que demostraron la existencia de la población desde al menos 1892. “Con eso pudimos establecer que Aurora de Chile tiene más de 130 años. Es nuestra historia, y nadie nos la va a quitar”, enfatiza.
La Aurora de Chile y su comunidad
En 2015, se logró un hito importante con el reconocimiento oficial del derecho de las familias a permanecer en sus terrenos. Se estableció el Plan Maestro Aurora de Chile, una iniciativa del Ministerio de Vivienda (MINVU) para construir viviendas en el mismo lugar. “Desde entonces trabajamos en una mesa con la SEREMI de Vivienda, el Serviu y la municipalidad. Llevamos casi diez años esperando, pero seguimos firmes”, dice Priscila.
Sobre el rol de la municipalidad, es clara: “La muni debería estar siempre metida en los barrios. Hay muchas cosas que dependen de ellos: el retiro de cachureos, la poda de árboles, el control de plagas. No puede ser que tengamos que rogar por lo básico”.
Para Priscila, el éxito de la junta de vecinos se basa en el liderazgo compartido: “Yo lidero, sí, pero tengo un equipo que me respalda. Formamos comisiones por cuadra, delegamos tareas y trabajamos con transparencia. La participación de los vecinos ha sido clave”.
La historia de Aurora de Chile no es solo la de un barrio que resiste, sino la de una comunidad que ha decidido preservar su patrimonio, fortalecer sus redes y mantenerse unida frente a las adversidades. Como dice Priscila: “Nosotros no somos okupas. Somos hijos y nietos de colonos que llegaron aquí con trabajo y esperanza. Nuestra historia vale, y la vamos a defender”.