La Bacteria Invisible: Una Científica Contra el Cáncer Gástrico
Entre tubos de ensayo, cultivos bacterianos y años de investigación silenciosa, la doctora Apolinaria García ha construido una carrera guiada por la curiosidad. La científica, que es Microbióloga de profesión y profesora titular de la carrera de Bioingenieria, lleva más de 30 años dedicada al estudio de las bacteria para combatir enfermedades graves como el cáncer gástrico.
Pero fue hace casi dos décadas cuando una preocupación creciente la llevó a tomar un nuevo rumbo: encontrar una alternativa científica y efectiva contra el Helicobacter pylori, una bacteria que habita en el estómago humano y que puede provocar desde úlceras hasta cáncer gástrico.
La científica habla que después de estudiar la bacteria durante más de diez años, se dio cuenta de que los antibióticos estaban dejando de funcionar, la resistencia era cada vez mayor, entonces empezamos a buscar otras formas de inhibirla y ahí fue cuando nos encontramos con los probióticos, podo para combatir el cáncer gástrico.
Noob, la bacteria invisible contra el cáncer gástrico
Así comenzó el desarrollo de Noob Pylorif, un probiótico innovador capaz de prevenir la infección por Helicobacter pylori. El nombre proviene de la empresa que lo produce, Liva Company, que llama “Noob” a todos sus productos. El “Pylorif” está diseñado específicamente para atacar esta bacteria, y lo hace con una eficacia sorprendente: un 93% de efectividad en la prevención de la infección.
“Lo más importante es que, al prevenir la infección, evitamos las enfermedades asociadas, como la úlcera gástrica, la úlcera duodenal, ciertos linfomas y el cáncer gástrico”, aclara Apolinaria. “En algunos países como Alemania, donde el enfoque en la prevención es muy fuerte, ya han mostrado gran interés en este probiótico”.
Presentado en conferencias internacionales, Noob Pylorif ha generado una gran expectativa. “En cada charla me preguntan cuándo estará disponible en sus países”, dice. “Saben que no hay otro producto igual en el mercado. Es eficaz, innovador y sin efectos secundarios conocidos”.
La clave del éxito, según la científica, está en el origen del probiótico: bacteria aislada del propio estómago humano, adaptadas para actuar en ese mismo entorno sin causar daño. “No es una bacteria extraña ni artificial. Es parte de nuestro cuerpo, usada para protegerlo del cáncer gástrico”, detalla.
La científica continua para combatir la bacteria invisible
Actualmente, junto a su equipo, desarrolla otros probióticos para distintos usos: uno para personas con intolerancia a la lactosa, otro para tratar el acné común en adolescentes, y uno más para reforzar el sistema inmune de las abejas, vitales para el equilibrio del ecosistema.
“Cada probiótico que desarrollamos tiene una historia, una razón de ser. No inventamos nada al azar. Estudiamos, analizamos y vemos dónde podemos generar un impacto real”, explica.
Su enfoque, más que curativo, es preventivo. “Hay tiempo para actuar. Una persona puede tener la bacteria durante 30 o 40 años antes de desarrollar un cáncer. Prevenir es clave, y los probióticos son una herramienta poderosa para eso”, asegura.
Apolinaria no busca reconocimiento, sino soluciones. Su motivación es simple: mejorar vidas. “A veces una espinilla puede hacer que un adolescente no quiera ir al colegio. Si un probiótico puede ayudar a que ese joven se sienta mejor consigo mismo, ya vale la pena”.
Desde el sur de Chile, esta científica ha logrado que una bacteria invisible se transforme en una causa visible. Su historia es la de una mujer que, con paciencia y ciencia, ha desafiado a una de las enfermedades más temidas del mundo, y lo ha hecho pensando en lo más importante: las personas.