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“Devuélvanme los tres sellos”: mi indignación por el cambio en la beca Junaeb

Como muchos universitarios, con sorpresa descubrí que este año hay una nueva limitante en las compras con la Juna. Sólo se pueden comprar productos con dos sellos o menos. Hablé con una nutricionista sobre el tema, pero no me dio la razón. La odié un poco
Tristemente, la primera carga anual de la Junaeb no estuvo libre de frustraciones. ¿Por qué? Porque, otra vez, se impuso la limitación de compra por cantidad de sellos.

Fui al Jumbo a hacer un pequeño pedido para la casa, aprovechando algunas ofertas. En el carrito llevaba carne y pollo para las comidas de la semana. En eso, me topé con uno de mis chocolates favoritos —lo quise llevar, obvio—. Me sirve para concentrarme mientras estudio e incluso para los dolores menstruales. También metí unas galletas para la colación de mi hermana chica, que todavía va al colegio.

Cuando ya estaba lista para pagar, la cajera me miró con una mezcla de pena y resignación, y me dice: “Solo se pueden cancelar con la Juna los productos que tengan menos de tres sellos”.

Ahí se quedaron el chocolate y las galletas. Lo curioso es que la bebida que llevaba, sí pasó sin problemas.

Desde este año lo máximo que puede tener un producto son dos sellos, supuestamente para evitar el consumo de alimentos altos en azúcar, sodio o grasas. Y aunque entiendo la intención, me parece un tanto ilógico. ¿No se pueden comprar galletas, pero sí una Coca-Cola? ¿No a las galletas de arroz, pero sí a un paquete de papas fritas?

Todo esto cambió el 7 de marzo de 2025, el mismo día que se volvió a cargar el saldo de la BAES (Beca de Alimentación para la Educación Superior) que entrega Junaeb. En mi caso, uso la aplicación de Edenred, que funciona para el norte y sur del país. En Santiago, usan Pluxee.

Explicación de una profesional

La situación me dejó tan indignada que decidí conversar con alguien que pudiera explicarlo mejor. Hablé con la nutricionista Pamela Schaaf Clavería, de la Facultad de Medicina UCSC, para entender su visión como profesional del área.

—Desde tu rol como nutricionista, ¿crees que está bien que solo se puedan comprar productos con menos de 3 sellos?

—Me parece bien, considerando que en Chile más del 70% de la población tiene sobrepeso u obesidad. Las estrategias para enfrentar esto apuntan a fomentar la actividad física y a reducir el consumo de alimentos ultraprocesados. Por eso Junaeb pone límites. La Ley 20.606 establece estos sellos para que los consumidores puedan identificar los productos poco saludables y las porciones seguras. Como nutricionistas, fomentamos el consumo de alimentos saludables, así que estas medidas ayudan, aunque aún falta mucha educación alimentaria.

—¿Y por qué productos como Coca-Cola, papas fritas y otras golosinas igual se pueden comprar si también son ultraprocesados?

—Porque esos productos no tienen tres sellos. Las empresas han ajustado sus fórmulas para evitar pasar ese umbral, pero eso no los hace saludables. Hay que fijarse también en cosas como los edulcorantes y cómo afectan a la microbiota. Los sellos sirven como advertencia, no como prohibición, y la idea es que aprendamos a elegir porciones adecuadas según nuestro estado nutricional.

—¿Esta normativa limita el acceso a opciones más económicas para nosotros como estudiantes?

—La idea es que tengamos acceso a alimentos saludables, que no necesariamente son más caros. De hecho, hay menús en cadenas de comida que sí cumplen con requisitos como proteínas adecuadas y límites en sodio, grasas y azúcares. El desafío está en educarnos para hacer elecciones informadas y reducir el consumo de ultraprocesados.

A pesar de que los nutricionistas apoyan en su mayoría estas limitaciones, muchos universitarios decidieron quejarse por medio de las redes sociales de Junaeb. Algunos de sus argumentos son que los alimentos con menos de tres sellos son más caros y hay menos variedad. Además se lamentaron por no poder comprar cosas que en muchas casas son esenciales, como por ejemplo, la margarina para la once.

Son $47.000 pesos de saldo (entre julio y diciembre aumentará a $48.000), de los cuales, quizá, no sería mala idea poder gastar un pequeño porcentaje para alimentos con más de dos sellos para poder darnos, por último, el privilegio de un gustito.

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