El viaje-voluntariado: una revolución en el intercambio laboral, social y cultural
Cada vez son más las personas que optan por esta modalidad de viaje–voluntariado como una forma de promover el turismo sostenible y ecológico, reducir costos y enriquecer su experiencia cultural, ya que les permite interactuar de manera más orgánica con la comunidad, logrando un beneficio mutuo basado en el intercambio laboral y social.
Durante los últimos años, esta modalidad se ha consolidado como una forma de combinar la experiencia de viaje con la colaboración en comunidades y proyectos, a cambio de alojamiento y, en la mayoría de los casos, alimentación. Con la aparición de plataformas como Worldpackers, Cooperating Volunteers y Workaway, se amplió la oferta de voluntariados a más de 140 países. De esta forma, con el pago de una suscripción, los viajeros interesados pueden postular a proyectos en ámbitos tan diversos como agricultura, permacultura, construcción, proyectos sociales, educativos, limpieza, recepción e incluso cuidado de mascotas.
A diferencia del turismo tradicional, esta modalidad ofrece al viajero una experiencia inmersiva en la cultura local, fomentando vínculos con las comunidades y otros viajeros, y favoreciendo el desarrollo de habilidades y el aprendizaje de idiomas. Además, esta metodología promueve el slow travel, que permite a los viajeros permanecer más tiempo en su destino al reducir los costos mediante el intercambio laboral por estadía y alimentación.
Oferta y demanda
Manuela Domínguez, licenciada en Turismo y Hotelería y viajera voluntaria desde hace ocho años, comentó su experiencia:
“He sido voluntaria en el sur de Chile, en Perú y varias veces en Brasil. Actualmente, me encuentro de voluntaria en un hostel de Río de Janeiro, donde trabajo cinco horas al día, de lunes a viernes, en recepción y aseo a cambio de alojamiento y tres comidas diarias”. Además, destacó que “siempre ha sido una experiencia increíble. Me ha permitido conocer cómo es realmente la cultura local y formar lazos con personas que, viajando de forma tradicional, probablemente nunca hubiese conocido”.
Sin embargo, no es tan fácil acceder a uno de estos voluntariados, principalmente en las ciudades más turísticas de Latinoamérica y el mundo. La oferta es reducida y, generalmente, son muchos los viajeros que aplican para ser parte de los programas ofrecidos por comunidades, empresas y anfitriones particulares. Aunque el abanico de opciones es muy variado, depende de la ciudad de destino cuáles son las opciones más viables para conseguir un cupo.
Por ejemplo, ciudades como Buenos Aires, Búzios o Cusco ofrecen principalmente trabajos de recepción, aseo y mantenimiento de hostels. La Patagonia argentina y chilena o San Pedro de Atacama ofrecen principalmente construcción orgánica y trabajo en comunidades, mientras que Valparaíso brinda mayormente posibilidades de intercambios culturales. En el caso de ciudades como Foz de Iguazú y países como Costa Rica y la península de Yucatán en México, la oferta se concentra en mantenimiento de parques naturales y cuidado de flora y fauna.
Seguridad y desafíos
Actualmente, Worldpackers y otras plataformas de búsqueda de voluntariado ofrecen acceso a reseñas para conocer experiencias previas tanto de voluntarios como de anfitriones, además de un seguro en caso de que el voluntario no quede conforme con lo ofrecido por el anfitrión o este no cumpla con los acuerdos estipulados. De esta forma, el voluntario puede mantenerse en el destino hasta encontrar un nuevo lugar donde hospedarse.
En su opinión, Manuela considera que “pese a haber tenido siempre buenas experiencias, creo que debería regularse o formalizarse la búsqueda de voluntariado, ya que muchas veces se aprovechan de los voluntarios y los usan solo para ahorrarse el pago a un trabajador”.
Además de las plataformas mencionadas, existen muchos grupos en redes sociales, principalmente en Facebook, que congregan a viajeros en búsqueda de voluntariado. Esto representa un riesgo al aceptar intercambios sin referencias ni registros del espacio ni de la persona con la cual se compartirá la experiencia. Basta con revisar grupos como “Voluntarios en Chile”, “Voluntariados Worldpackers” o “Mochileros voluntarios” para conocer casos de personas que han sufrido aumentos unilaterales de labores, incumplimiento de acuerdos de hospedaje y alimentación, mala calidad de estos, e incluso hostigamiento y acoso sexual.
De esta forma, uno de los principales desafíos en el desarrollo de los programas de viaje-voluntariado es garantizar la seguridad tanto de voluntarios como de anfitriones, además de buscar la forma de asegurar una equivalencia en el intercambio laboral, social o cultural.